jueves, 13 de agosto de 2020

 A ras de cielo

A menudo, todo “urbanita” que sea aficionado a la astronomía, siente la imperiosa necesidad de sentir de nuevo el contacto con la naturaleza a través de la contemplación del cielo nocturno, siempre y cuando pueda desplazarse hasta algún lugar alejado de las luces parásitas de la ciudad con un único y simple objetivo, observar el cielo.

En nuestro caso particular, la necesidad surge muy a menudo, aunque únicamente en ocasiones muy puntuales durante los períodos vacacionales podemos llevarla a cabo, eso sí, solemos sacarle todo el partido posible cuando nos desplazamos con nuestro equipo observacional, hacia alguno de los lugares previamente elegidos.

Muestra de lo citado, son las fotografías que aquí podréis ver. Todas ellas corresponden a nuestra última salida en uno de esos mágicos puntos de observación situados en Aras de los Olmos, un lugar donde la pureza del cielo es sencillamente estremecedora, todo un regalo en forma de imagen para reconfortar esas noches en nuestro observatorio, donde el cielo debido a la contaminación lumínica, resulta muy a nuestro pesar, menos espectacular.

La noche fue prácticamente perfecta. El silencio, la soledad del lugar, los aromas que emanaban de la montaña, junto con el frescor ambiental alcanzado el crepúsculo astronómico, fueron nuestros aliados en una noche con un seeing envidiable. El “chute fotónico” recibido, nos cargó baterías para una buena temporada.

En esta ocasión y aprovechando la coyuntura de la observación de las perseidas en su momento del máximo, nos dimos un respiro para capturar únicamente un instante del imponente cielo que nos acompañó durante la mayor parte de la velada, un breve instante que permanecerá para siempre en nuestro recuerdo y en el que puede verse la espectacularidad de la vía láctea atravesando nuestro cenit observacional, todo un lujo al alcance de muchos aunque solo unos pocos seamos capaces de apreciarlo.

Las tomas fueron realizadas con una cámara réflex Nikon D-7200 sobre trípode, dotada de un objetivo gran angular Tokina  11-20  f/2.8,  a 6400 ISO y 20 segundos de exposición.