lunes, 3 de octubre de 2005

Eclipse anular 2005

Siguiendo con el plan previsto, repasado una y otra vez a pie de observatorio en la preciosa mañana del domingo a menos de 24 horas del esperado día, dejamos todos los bártulos preparados para que ningún imprevisto de última hora nos sorprenda. Todo a punto nos tomamos el resto de día con calma y aceptamos la invitación a comer de un buen amigo, sin poder quitarnos de la cabeza lo que se avecina y preocupados por la meteorología, aunque un atardecer con viento constante del norte, ha dejado una noche con un seeing envidiable que transmite esperanza.

Lunes 3 de Octubre de 2005, 06:15 AM, suena con fuerza el despertador y veloz me encamino hacia el observatorio tratando de no golpearme con demasiadas cosas para no despertar al resto de los habitantes de la casa que plácidamente descansan, ajenos a nuestra desmesurada ansiedad por lo que irremediablemente va a sucede en unas horas.

Abro la puerta de la terraza esperando encontrar un cielo tan diáfano como el observado la noche anterior desde Ribarroja, pero la primera impresión es demoledora, las primeras luces del alba remarcan un cielo con muchas nubes poco densas que parten desde el cenit hasta perderse en el horizonte Este. Me aseguro que sigo despierto y observo la dirección del viento que con fuerza 3 sopla fresco del NNW, con un horizonte de 180º en dirección Sur-Oeste-Norte completamente despejado lo cual no es un mal presagio.
Hago algo de tiempo consultando previsiones en internet y son las mismas que ayer, o sea, buenas y me pretunto..¿cómo es posible?

Pasado el primer susto y con el café en mi mano temblorosa, llamo ya sin dilación al móvil de Luis con la esperanza de que lo oiga a la primera, pues la impaciencia empieza a ser palpable. Apenas un tono y Luis ya estaba al otro lado de la línea y como yo, también ¡despierto y consultando!.
Intercambiamos impresiones y barajamos la segunda opción prevista, o sea, el trasladarnos a Minglanilla buscando un cielo en mejores condiciones atmosféricas.
Consultamos las webs con las últimas imágenes de meteosat y visto lo visto y avalados por nuestra experiencia observacional, decidimos finalmente no movernos, ya que los datos parecen indicar a priori que va a despejar, aunque la duda que nos asalta y preocupa es si lo hará a tiempo. Acto seguido envío un mail a los compañeros del Observatorio Ribarroja comunicando nuestra decisión al respecto y siguiendo con el protocolo establecido. No hay respuesta, lo que supuestamente indica que opinan igual que nosotros, son las 07:10 de la mañana. La lógica indica que podríamos dormir al menos una horita pero en la práctica sabemos que es imposible, así que para que intentarlo………..

Así pues, seguimos con el plan de estar a pie de observatorio a las 09:00h y así sucede. Suena de nuevo mi móvil cuestión que indica que Luis está en la puerta puntual como un reloj suizo.
La cosa ha evolucionado bien y poco a poco las nubes han ido hundiéndose en el horizonte Este como si de un pozo sin fin se tratara. La mañana promete, tenemos una temperatura de 13.5ºC y un humedad relativa del 63% con el Sol ya intentando asomar por encima de nuestro horizonte de visión. Todavía quedan nubes pero a una hora y media del comienzo del eclipse ya tenemos claro que van a desaparecer.
Terminamos de preparar el equipo, baterías cargadas, memorias digitales y películas fotográficas apunto, dirigimos los telescopios en el momento que el Sol asoma para enfocar y dejarlos en seguimiento.
A medida que pasa el tiempo aumentan nuestras buenas vibraciones y todo apunta a que va a despejar por completo, el horizonte Oeste se muestra diáfano, cosa que es un claro exponente de que la meteorología hoy va a ser nuestra aliada.

09:35. Llega nuestro primer invitado. Kike asoma por la puerta cuando ya falta poco, y se dispone a preparar su cámara a fin de perpetuar lo que suceda. Minutos más tarde, los espectadores aumentan su número, Consuelo y Laura todavía bajo los efectos del sueño, acuden a la cita y preguntan como va todo, Carlos se lo va a perder pues hoy es día de cole y no puede perder la mañana, a no ser que los profesores se animan a observar el evento desde el patio del colegio.

09:57. Escuadriño a 100x con el viejo refractor instalado en la terraza el limbo solar a la espera de la hora prevista, y cuatro minutos más tarde, grito a Luis que está en el interior de la cúpula ¡ahí está!, Luis confirma mi aviso, lo que indica sin duda que la sombra lunar ha hecho su aparición a la hora prevista ¡comienza el espectáculo!. (ver en la zona inferior izquierda de la imagen el pequeño "mordisco" )

10:20. La sombra sigue avanzando, ya es perfectamente visible a ojo desnudo a través de los filtros manuales de protección de los que disponemos. Consuelo avisa a sus padres para que no se lo pierdan y tras dar un vistazo sus caras hablan por si solas. Uno a uno todos van pasando por los telescopios para ver en detalle lo que sucede y los comentarios son obvios.

Poco a poco la sombra lunar va invadiendo el disco Solar, el espectáculo es precioso, la luz diurna empieza a decaer a medida que avanza el satélite y las cámaras siguen disparando de acuerdo con el ritual establecido.

10:40. Suena el móvil de Luis. Su colega Javier pregunta donde estamos exactamente y en unos minutos ya está en la terraza compartiendo el momento.

10:50. De nuevo el móvil de Luis. Otro colega, Rafa, tampoco se lo quiere perder, ya está en la puerta pidiendo paso. Se suma a la fiesta a tan solo unos pocos minutos del inicio de la fase central.

10:58. La impaciencia aumenta, el momento se acerca………
Pegados a los oculares, esperamos el segundo contacto que anuncia la fase central y máximo del eclipse. Todos mirando a través de los filtros de protección, expresan su particular opinión sobre la belleza de lo que está ocurriendo.

11:00…. 11:01….. ¡Ahí llega! La visión es fantástica, gritamos que toca disfrutar durante los poco más de tres minutos que va a durar el momento. La postal resulta al menos curiosa, todos con los brazos alzados sosteniendo los filtros de protección y con muecas de sorpresa y admiración a la par en el rostro, es un claro indicador de lo especial del evento, nadie es capaz de apartar la mirada ni de moverse hasta pasado al menos el primer minuto, únicamente para expresar lo que cada uno siente y compartir lo espectacular del instante.
La luz ambiental muestra una coloración mortecina de aspecto extraño a la vez que espectacular. ¡Que bonito! ¡fantástico! ¡que maravilla!, con algunas de los muchos adjetivos que resuenan en el observatorio.
La actividad observacional es frenética, cada 10 minutos se anotan en el parte de registro confeccionado especialmente para el evento, las temperaturas, humedad, dirección y velocidad del viento, sin contar con que además, el termógrafo está creando automáticamente el registro puntual de las variaciones de la temperatura a fin de comparar datos posteriormente, en cuanto a las imágenes, las tres cámaras siguen disparando sin cesar para perpetuar el suceso.
11:15. Pasada la fase central y tercer contacto, los primeros invitados tras las felicitaciones oportunas, deciden marcharse para continuar con sus obligaciones profesionales (Javier y Rafa). Los mayores (los suegros) también comentan que ya han visto bastante y vuelven a su quehaceres habituales. Nos quedamos Quique, Luis, Consuelo, Laura y Salva para observar el proceso inverso y tras unos minutos más, solo los chicos continuamos al pie del cañon como era de esperar.

Poco a poco la sombra lunar se va retirando paulatinamente invirtiendo la pauta y el color del cielo va tornando a su normalidad, anunciando que el final se acerca.

Todo ha ido sobre ruedas, ningún fallo en las cámaras, ningún error en la toma de datos, todo perfecto y según lo ensayado, esto nos augura que tras su análisis, todos los datos y resultados en imágenes obtenidos serán totalmente aprovechables para deleite de los observadores y para "enlatar" para siempre lo vivido.

El evento ha sido de los que hacen época, ya que no veíamos un anular en tan buenas condiciones desde hace muchísimos años. Para colmo esta vez el seguimiento ha sido en casa y teniendo a nuestra disposición medios con los que tan solo hace unos años no hubiesemos sido capaces ni tan siquiera de poder imaginar ni en el mejor de los sueños.
La experiencia vivida en el día de hoy, además de llemarnos de satisfacción, ha sido doblemente grata al haberla podido compartir el evento tanto con los familiares como con algunos amigos que se han desplazado ex profeso hasta el observatorio, personas que nunca habían visto un anular y mucho menos a través de telescopios y cámaras como con las que por fortuna hoy hemos puesto a su disposición y que han quedado gratamente sorprendidos por la belleza de este espectáculo natural.

Un brindis como no, con unas cervezas bien fresquitas acompañadas con una amplia sonrisa de complicidad, pone punto y final y viene a ser la guinda definitiva a todos los esfuerzos en los preparatorios previos, actuando rápidamente como un bálsamo reparador de los nervios acumulados durante estos últimos días.

Solo queda ya cerrar la cúpula y disfrutar del recuedo, ha sido una nueva experiencia inolvidable que perdurará en nuestras retinas y en nuestro recuerdo durante mucho tiempo.