miércoles, 22 de julio de 2020

  
Cometa Neowise ( C/2020  F3)

Hasta hace no muchos años, estas  imágenes que aquí pueden verse del Cometa NeoWise ( C/2020 F3), en su reciente paso por “las cercanías” de la Tierra (a tan solo de 103 millones de km) hubiesen sido el sueño de cualquier aficionado a la ciencia astronómica, y como tal, de cualquier astrofotógrafo amateur.
21 mm -  f/2.8-10 s- 800 ISO          

30 mm – f/2.8-5 s 800 ISO
(El cometa NeoWise en las cercanías de la Osa Mayor)

300 mm – f/5.6-2 s – 6400 ISO

300 mm – f/5.6-2 s – 6400 ISO

A finales de siglo XX , seguramente hubiésemos empleado “1 carrete”  de 36 exposiciones de la famosa película pancromática Tri-X de Kodak 400 ASA, (que por cierto, todavía se fabrica y se vende ) que tras forzarla un poco en el proceso de revelado para arrancarle algo más de sensibilidad, hubiésemos obtenido unas copias en papel de B/N  Kodak profesional, que nos hubiesen hecho sentirnos orgullosos de las tomas realizadas, aún cuando posiblemente los resultados hubiesen sido de una calidad bastante inferior. 

Salvo para todos aquellos que hemos vivido esa fantástica época en la que se valoraban en su justa medida las imágenes en general, y qué decir de las astronómicashoy en día y con una sociedad tan sobresaturada de imágenes, estas fotos del cometa, realizadas desde un lugar con una alta contaminación lumínica como es nuestro caso, podrían carecer de interés, pero al menos nos permiten dejar constancia de que, con una simple cámara réflex DSLR (en este caso una Nikon D-7200), pueden realizarse imágenes astronómicas incluso sin salir de la ciudad, basta con tener un trípode, un disparador y un par de objetivos de distinta focal, (y saber donde localizar el objeto, claro...), cosa bastante fácil en la presente era de Internet) para poder “capturar” objetos celestes tan débiles a ojo desnudo como ha sido éste cometa, que nos ha hecho recordar fechas no muy lejanas (1996-97) en las que pudimos disfrutar de sendos acontecimientos únicos como fueron el paso de los comentas Hyakutake (C/1995 B2) y el Hale Bopp (C/1995 O1), respectivamente.
En nuestra modesta opinión, estas imágenes se ajustan bien a lo que un aficionado a la astronomía puede ver a través de unos prismáticos o un telescopio cuando se acerca a observar directamente estas maravillas del cosmos, sin generar falsas expectativas y la consiguiente frustración.